La inmensa mayoría de los textos originales que han de convertirse en carne de imprenta llegan hoy en día en soporte electrónico a editoriales y periódicos, pero eso no ha impedido –afortunadamente– que siga existiendo el viejo oficio de teclista, cuyas funciones actuales son variadas: desde copiar sobre la maqueta de un diario el lamento de una esquela manuscrita hasta pasar a Word las páginas de un viejo libro que alguna editorial quiere poner otra vez en circulación. Sigue leyendo
Bin Laden y la letra hache: dos puñeteros
Barack Obama, presidente de Estados Unidos y premio Nobel de la Paz, anunció el domingo a bombo y platillo que su Ejército había matado a Bin Laden. La noticia corrió como un reguero de pólvora por todo el planeta, y los medios de comunicación no desaprovecharon la oportunidad de sacarle jugo al asunto. Una de las cuestiones más delicadas –y que puede traer cola– es la forma en que Estados Unidos se ha quitado de encima el cadáver del difunto, ya que al parecer fue lanzado al mar, algo que va contra el rito del islam. Al respecto, ayer leí en Internet la siguiente oración: «La manera por la que se han desecho del cuerpo de Bin Laden va a generar problemas». Ahí se les olvidó una h, que es muda pero no invisible. Sigue leyendo
Todas las personas son humanas (aunque unas más que otras)
Hace la friolera de dieciséis años entrevisté para un periódico a un cantante. En la conversación me contó el muchacho sus proyectos artísticos y su intención de dar a conocer al público su lado más íntimo como «persona humana». No pude eliminar esa expresión, dado que se trataba de una entrevista, pero la escribí en cursiva. Años después sigo escuchando y leyendo esa tremenda redundancia, que gana adeptos cada día, y me hago una pregunta: ¿es que hay personas que no sean humanas? Según el diccionario de la Real Academia Española, no. Una persona es, simplemente, un ‘individuo de la especie humana’. Sigue leyendo
Con la Iglesia hemos topado
La oración que da título a este artículo se emplea para expresar el disgusto que sentimos al tropezar con un poder arbitrario y metomentodo (por ejemplo, el de la Iglesia) cuando estamos tratando de llevar a cabo un proyecto o defendiendo una idea que creemos legítima. Se suele atribuir al más famoso personaje de Cervantes, pero eso es incierto. Lo que dice don Quijote es lo siguiente: «Con la iglesia hemos dado, Sancho», y lo hace, sin segunda intención, cuando ambos andan buscando el palacio de Dulcinea y llegan al templo del pueblo. Le doy las gracias a mi amigo Daniel Duque, que en su día me aclaró esta confusión. Sigue leyendo
Antes de que se me olvide
Hace un tiempo les prometí dedicarle un artículo a José Martínez de Sousa, el gran maestro de la tipografía, la ortografía, la ortotipografía, la lexicografía y todas las artes acabadas en -grafía relacionadas con el cuidado de la lengua española y su escritura. Aunque hasta hoy no lo había hecho, no es menos cierto que cada dos por tres aparece su nombre en mi blog, porque siempre que tengo que resolver alguna duda recurro a la sabiduría que este gallego genial ha depositado en infinidad de libros de consulta, desde su Ortografía y ortotipografía del español actual hasta el Diccionario de uso de las mayúsculas y minúsculas. Sigue leyendo
Relaciones en las redes
Hasta hace apenas un año yo despotricaba olímpicamente –o sea, de forma ‘altanera y soberbia’, según la Real Academia Española– de Facebook. Sin embargo, acabé por picar en el anzuelo de Mark Zuckerberg, entre otras cosas porque me viene muy bien para difundir mi Lavadora de textos. Tengo claro que mis obsesiones de corrector les resultan indiferentes –e incluso inútiles– a muchos de mis amigos de Facebook, pero también sé que otros toman buena nota tanto de lo que se dice en este blog como de los compulsivos comentarios que les hago, a través del canal feisbuquero de mensajes privados, sobre algunos de sus despistes ortográficos o gramaticales. Sigue leyendo
Me negarás dos veces
Trabajé a mediados de los noventa del siglo pasado en el periódico Diario de Avisos, dirigido en aquel entonces por Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca. Leopoldo ejercía su cargo con mucha elegancia y un aire paternal que a mí me gustaba, y de él siempre recuerdo una frase que solía decir cuando le aclarabas que un asunto que tenías entre manos ya había sido abordado por la competencia: «No es noticia hasta que no se publique en el Diario». Desde que puse en marcha este blog me he preguntado alguna que otra vez si mi proyecto es tan conocido por esos mundos de Dios como a mí me gustaría, pero el domingo pasado se resolvieron todas mis dudas: Lavadora de textos ya es noticia, pues el Diario de Avisos publicó ese día un reportaje sobre nuestras andanzas. Sigue leyendo
Manuales de estilo y libertad
Mi amigo Wildebrando Salazar, que tiene mucha mala leche y se toma a pecho mis obsesiones lingüísticas, me preguntó el otro día, para fastidiar, por qué escribo la palabra blog1 con letra redonda. Él cree que debería ir en cursiva porque la Real Academia Española no la recoge en su diccionario. Yo sabía que tarde o temprano alguien me iba a hacer esa pregunta, y para ella tenía preparado un artículo en este blog. La respuesta tiene que ver con eso que se llama manual de estilo: una especie de decálogo en el que periódicos, editoriales y otras empresas dedicadas a publicar textos establecen unas normas básicas de escritura que han de seguirse a rajatabla. Sigue leyendo
El idioma, la modernez y toda la pesca
Cuando éramos preadolescentes, mis amigos del cole y yo nos lo pasábamos bomba buscando en el diccionario palabras cochinas como culo, teta o pedo. Cosas de la edad. Ahora que soy bastante mayorcito pienso en las risas que habría echado si en aquella época hubiera tenido entre mis manos el Diccionario fraseológico documentado del español actual (Aguilar). Que no les confunda un título tan serio: el libro recoge las locuciones más cachondas y extravagantes que se puedan imaginar, y además me ha aclarado que están equivocados quienes piensan que expresiones como y toda la pesca o comer el tarro se las acaba de inventar la peña moderna y tal. Sigue leyendo
Médicas, arquitectas, fotógrafas, ingenieras…
Resulta bastante sorprendente que en 2011, año en el que se cumple el centenario de la primera celebración del Día Internacional de la Mujer, todavía se lean por ahí disparates como la médico, la arquitecto o la fotógrafo: la mismísima Real Academia Española, a la que algunos acusan de ser algo machista, da el visto bueno al femenino de esos sustantivos y coloca a las mujeres en el lugar que les corresponde, al menos en el ámbito de las palabras. Sigue leyendo


