Archivo de la etiqueta: Panhispánico

Una lengua imparable

Viñeta de Sergio Langer.

La lengua española es como la Luna: parece estar casi quieta, pero en realidad se mueve a una velocidad vertiginosa, y esa velocidad la decidimos los hispanohablantes, no las academias ni los gramáticos. «¡Cuántos modos de hablar que a […] Jovellanos hubieran escandalizado son hoy usados con toda tranquilidad por los escritores más apreciados!», decía hace unos años el gran maestro Manuel Seco. Realmente no hay que dar un salto tan grande en el tiempo: si Fernando Lázaro Carreter llega a saber hace dos décadas que la Real Academia Española, de la que él fue director, acabaría por acoger de buen grado el empleo del verbo incautar como transitivo, se tira por un puente. Sigue leyendo

Como decíamos ayer…

Cuentan que cuando fray Luis de León se reincorporó a su cátedra después de pasar unos años en las mazmorras de la Inquisición, comenzó su clase con las mismas palabras que dan título a este artículo. Yo me permito hoy la libertad de plagiar al gran escritor español, aunque ni mi ausencia ha sido tan larga como la suya ni en este blog se ha pretendido nunca sentar cátedra. Tampoco he estado estos silenciosos cuatro meses en una prisión –ni de parranda ni tocándome… las narices, que conste–, pero valga la célebre frase del maestro para que el blog Lavadora de textos1 vuelva a la carga sin más y, de paso, para hablar un poco sobre los puntos suspensivos. Sigue leyendo

Manías muy nuestras que suenan a chino

Como muchos de ustedes sabrán, el blog que tienen ahora mismo delante está vinculado a una página de Facebook en la que cualquier miembro de esta comunidad de lavadores de textos puede participar con sugerencias, discrepancias y preguntas. Tenía yo pendiente hablar de dos asuntos que fueron comentados en su día en esa página, y no me he olvidado. Me estoy refiriendo al denominado «infinitivo introductor» y al uso de la palabra mismo con función anafórica. Esto les puede sonar a chino, pero sigan leyendo, que explicaremos estas dos feas manías en los párrafos siguientes y verán que las reconocen de inmediato. Sigue leyendo

¿Por qué no te callas?

¿Ustedes creen que Juan Carlos de Borbón faltó al respeto a Hugo Chávez cuando le mandó callar en la XVII Cumbre Iberoamericana? Yo no debería dar mi opinión sobre aquella famosa escena, porque a este blog –como a los buenos bares– no se viene a hablar de política. No obstante, lo preguntaré otra vez: ¿ustedes creen que Juan Carlos de Borbón faltó el respeto a Hugo Chávez cuando lo mandó a callar en la XVII Cumbre Iberoamericana? Ambas preguntas parecen idénticas, pero en una de ellas hay dos construcciones que no me gustan nada. ¿Las ven? Sigue leyendo

El Hierro también existe

La isla de El Hierro, como Teruel y como ese sur al que cantaron Benedetti y Serrat, también existe. El Hierro es pequeña, discreta, misteriosa y tranquila. Y una gran desconocida para la inmensa mayoría de los españoles del continente, que no sabrían señalarla si les pusieran delante un mapa de las islas Canarias. Pero como la actualidad manda, en estos días toda España habla de esa posible erupción volcánica que tiene a los herreños agitados, no por los terremotos, sino por una inesperada invasión de periodistas, científicos y militares. Y algunos de los redactores enviados desde Madrid están dando claras muestras de su pertenencia a esa mayoría que hasta hace unas semanas no tenía ni idea de que El Hierro es el sur de Canarias y tiene menos habitantes que Teruel. Sigue leyendo

La carta de Espe

La carta que la presidenta Esperanza Aguirre envió hace unos días a los profesores de la Comunidad de Madrid ha sido motivo de guasa y vacilón en las redes sociales a cuenta de una serie de correcciones ortográficas que sus destinatarios marcaron en rojo chillón para escarnio de la indestructible Espe. La mayoría de los errores cometidos por el asesor de turno al que le tocó redactar la carta (¿o ustedes creen que la escribió la presidenta?) tienen que ver con las tildes, y una de las enmiendas señaladas en el texto ha sido objeto de especial controversia en Internet: los profesores marcaron como error la acentuación gráfica de la palabra cómo en la siguiente frase: «Basta con mirar alrededor o leer la prensa diaria para comprobar cómo los comercios cierran…». Sigue leyendo

Panhispánico

Pretender poner de acuerdo a más de cuatrocientos millones de personas acerca de cómo usar correctamente su lengua común es una empresa imposible, además de un acto de arrogancia por parte de aquel que se atreva a creer que su forma de hablar y de escribir es la única correcta. Aun así, no está de más que todos los hispanohablantes nos dejemos guiar por unas normas que evitan el desbarajuste y hacen posible que la lengua cumpla su función primordial: la comunicación. Sigue leyendo

Una de tildes

Hace un tiempo hablé aquí del libro Tintín en el país de los sóviets –un panfleto anticomunista del que Hergé no se sentía muy orgulloso– y les prometí que algún día explicaría por qué sóviets debe escribirse con tilde a pesar de ser una palabra llana que termina en -s. De entrada les diré que me he permitido la libertad de corregir el título de esta primera aventura del periodista belga, ya que en el libro lo que se lee es soviets, sin tilde. Esto puede deberse a que el traductor desconociera la regla de la que vamos a hablar hoy, o bien a que pronunciase soviets como palabra aguda, lo cual es correcto aunque no muy habitual. En ese caso no lleva tilde a pesar de que acabe en -s. ¿Por qué? Sigue leyendo

Moda no es lo mismo que elegancia

La lengua, como casi todo en el mundo, está sometida a las modas, y estas ponen en circulación lo mismo ropas y canciones horrendas que expresiones que parecen dar mayor porte al que las emplea, pero que en realidad no hacen otra cosa que dejarlo en evidencia. Desde hace un tiempo leo la construcción participar de donde no le corresponde, y no sé si su uso es simple fruto de la ignorancia o si además se trata de una ignorancia que está de moda. Si es esto último, quienes cometen tal error están cayendo en la misma trampa que aquellos que piensan que los vaqueros llenos de remiendos y rasgones son elegantes. Unos y otros son gentes modernas (son de estos tiempos), pero olvidan que la elegancia casi siempre sigue estando en lo clásico. Sigue leyendo

Teclistas y electos

La inmensa mayoría de los textos originales que han de convertirse en carne de imprenta llegan hoy en día en soporte electrónico a editoriales y periódicos, pero eso no ha impedido –afortunadamente– que siga existiendo el viejo oficio de teclista, cuyas funciones actuales son variadas: desde copiar sobre la maqueta de un diario el lamento de una esquela manuscrita hasta pasar a Word las páginas de un viejo libro que alguna editorial quiere poner otra vez en circulación. Sigue leyendo