Tenía yo en bachillerato un profesor de ciencias que daba siempre la misma respuesta cuando le preguntábamos por qué tal o cual constante física era un número fijo por los siglos de los siglos, y ese número teníamos que emplearlo porque sí y sin pedir explicaciones. La respuesta era esta: «Por convenio». Con esto quería decir aquel hombre que alguien, muchos años atrás, había llegado a una conclusión de carácter matemático y que, fuera correcta o no, estaba aceptada por la comunidad científica. Dicho esto, ayer me tropecé en la prensa con un verbo sonreir, así, sin tilde, y me acordé de mi profesor de ciencias. ¿Por qué? Porque la obligación de escribir ahí una tilde tiene algo de convenio, algo de acuerdo que aceptamos sin tener en cuenta si es lógico o no. Sigue leyendo
Quizá ustedes ya sabían esto
Algunas recomendaciones estrambóticas acerca del buen uso de nuestra lengua que circulan desde hace tiempo por ahí tienen dos cosas en común con los buenos chistes: nadie sabe quién las inventó y a veces triunfan como la coca-cola. No obstante, hay algo que diferencia claramente a unas de otros: los buenos chistes hacen reír, mientras que las recomendaciones de las que les hablo son, en el peor de los casos, para echarse a llorar. Uno de esos consejos es el que nos dice que empleemos el adverbio quizá solo cuando lo que sigue es una palabra que comienza por sonido consonántico y optemos por la variante quizás si el sonido que viene después es una vocal. Sigue leyendo
Cómicos inventores
Ya he mostrado con anterioridad mi fascinación por algunos humoristas que usan la lengua como arma eficacísima para lograr su objetivo, que no es otro que hacernos la vida un poco más llevadera. Desde el dibujante Forges hasta los muchachos del programa televisivo La hora chanante, pasando por Les Luthiers y el dúo Faemino y Cansado, no hay cómico que se precie que no haya inventado alguna palabra o expresión para convertir en carcajadas una absurdidad léxica o una voltereta sintáctica. A Dani Mateo lo descubrí cuando participaba en aquella locura de un canal de televisión español llamada Sé lo que hicisteis, pero, finiquitado el programa, este catalán sigue alegrando mis tardes desde YouTube. Hoy, ante mi incapacidad para reanudar la jornada laboral tras el almuerzo, me lancé a Internet en busca de sus monólogos y me tropecé con una maravillosa expresión que jamás había escuchado: de empiece. Sigue leyendo
No tilde usted más de la cuenta
Dice el dicho que «perro no come carne de perro». Esta vieja frase, que los periodistas emplean a la menor ocasión para recriminarle a algún colega una crítica pública o una acción inmoral contra un compañero de profesión, es –en el ámbito del periodismo– uno de los refranes más alejados de la realidad que he escuchado en mi vida: veintitrés años de oficio me permiten afirmar que las puñaladas en este gremio, al que pertenezco, son el pan nuestro de cada día. Dicho esto, ustedes habrán podido comprobar que una de las fuentes de las que bebe este blog son los errores de escritura que cometen los periodistas, errores que yo aprovecho aquí para tratar de enmendarlos. No obstante, al hacer eso no estoy comiendo carne de perro: yo digo el pecado, pero nunca nombro al pecador. Sigue leyendo
No es lo mismo desmonte que desmontaje
Entre los errores que habitualmente se detectan en textos de prensa figura uno que a veces pasa desapercibido y que consiste en emplear la palabra desmonte donde realmente queremos decir desmontaje. Este despiste se da con más frecuencia de la que pudiera parecer, pero ocurre que a quien lo lee le pasa lo mismo que a quien lo escribió: no se da cuenta de que ahí hay un error, aunque sí que lo hay. Y lo hay porque en español tenemos dos verbos idénticos que se emplean para describir acciones muy diferentes. En efecto, cuando hablamos de desmontar nos podemos referir a ciertas operaciones que se realizan en montes y terrenos o a cosas tales como desarmar un artefacto o bajar de un caballo. Sigue leyendo
¿Alguien sabe lo que es una laptop?
Tengo la impresión de que la inmensa mayoría de los españoles no tiene ni idea de lo que es una laptop, aunque son muchos los que usan este aparato. Por el contrario, la palabra laptop triunfa en Hispanoamérica hasta el punto de que el Diccionario de americanismos (Santillana), publicado en 2010 por las academias de la lengua española, le dedica una entrada. Hace unos días alguien me preguntó si esta voz debe escribirse en cursiva y contesté –precipitadamente– que sí, pero el asunto no dejó de dar vueltas en mi cabeza hasta que encontré la respuesta adecuada. Y esa respuesta tiene que ver con eso que decía al principio de que en España casi nadie usa el término laptop mientras que en Hispanoamérica lo emplean hasta los niños. Sigue leyendo
Se busca una buena escritura
Hoy toca empezar con otra de mis batallitas de abuelo: hace una eternidad trabajé en un periódico cuyo director daba consejos que eran en realidad órdenes, y había que cumplirlas por mucho que uno supiera que el jefe no tenía razón. No la tenía, por ejemplo, cuando se empeñaba en condenar el empleo de la partícula se en construcciones pasivas reflejas porque, según decía –y al decirlo se equivocaba–, así se estaba haciendo un mal uso del pronombre reflexivo se. No sé si me han entendido, así que me explicaré: cuando este hombre veía una oración como ‘Se ha encontrado el cadáver’, ordenaba inmediatamente sustituirla por ‘El cadáver ha sido encontrado’ y añadía: «¿Es que acaso el cadáver se encontró a sí mismo»? Diecisiete años después, me permito la osadía de llevarle la contraria a aquel buen director, que ya está retirado y seguramente no se enfadará. Sigue leyendo
Mayonesa democrática
En estos tiempos grises en los que millones de personas están sometidas a los intereses espurios (no espúreos) de unos pocos, nuestras libertades se desvanecen entre una niebla de multinacionales, bancos y titiriteros invisibles. Frente a ellos, la lengua se erige como modelo de democracia absoluta: a la hora de hablar y de escribir, siempre triunfa lo que quiere la mayoría. Por eso esta mañana no pude evitar sonreír al escuchar en el programa radiofónico Hoy por hoy, de la cadena SER, un nuevo episodio del eterno debate en torno a las palabras mayonesa y mahonesa; un debate estéril, pues el pueblo ya ha hablado y se queda con la primera de ellas. Sigue leyendo
Un carácter, dos caracteres…
Los informáticos son una fauna que me fascina y de la que dependo para poder tener al día este blog y otras herramientas que funcionan con bits. Como cualquier otro gremio, estos profesionales usan sus propios tecnicismos y también tienen algunos tics a la hora de hablar. Uno de ellos es la palabra caracter en lugar de carácter, un invento que se sacaron de la manga para referirse a los signos de escritura. Supongo que la intención del primer informático que cometió este error era dejar claro que estaba hablando de un signo de escritura y no del temperamento de una persona; pero se equivocó, porque en ambos casos se emplea la misma palabra, por lo que no hay ningún motivo para cambiar la acentuación. Sigue leyendo
El placer de corregir
Por el servicio de corrección Lavadora de textos han pasado trabajos de todo tipo: novelas buenas, novelas malas, tesis, cedés musicales, libros de divulgación científica, memorias de viejos desmemoriados, catálogos… Con todos ellos hemos sufrido, porque a quien corrige no le corresponde el placer de la lectura; todo lo contrario: el corrector debe dudar y pasarlo mal mientras limpia para que sean otros quienes disfruten. Sin embargo, hace casi un año entró por aquí una novela policiaca (o policíaca, que también se puede escribir así) en la que poco hubo que lavar, y ese lavado corto constituyó un auténtico placer que compartimos el autor y yo durante varias semanas. La novela se titula Paté de foie y será presentada mañana en Tenerife. Sigue leyendo
