A principios del siglo XIX, un polifacético científico británico llamado James Parkinson publicó un libro en el que describía una enfermedad que acabó siendo bautizada con su apellido. Casi un siglo después, el neurólogo alemán Aloysius Alzheimer hizo lo mismo con otro terrible mal, al que también se le dio su apellido. Los nombres de esas dolencias son, por tanto, enfermedad de Parkinson y enfermedad de Alzheimer, a las que, no obstante, podemos llamar párkinson y alzhéimer, a secas. Como verán, al hacer eso eliminamos las mayúsculas iniciales y añadimos unas tildes. A continuación veremos por qué, y de paso hablaremos de otra enfermedad que en estos días vuelve a ser noticia: el ébola. Habrán visto que también aquí hemos usado la minúscula inicial. Sigue leyendo
Un futuro que es presente
Una conocida mía lleva varios días discutiendo con su hermano a cuenta de algo que ella le dijo hace poco. El motivo de la contienda es esta frase: «¿Qué más dará?». Su hermano piensa que ella tendría que haber dicho ‘¿Qué más da?’, pues ambos hablaban sobre un hecho presente –presente en aquel momento, claro está–, por lo que, según él, el futuro que la muchacha había usado no tenía sentido alguno. Ella me pidió mi opinión, pero lo que yo le di no fue mi punto de vista, sino el de los gramáticos. Y resulta que a los gramáticos les parece muy bien que a veces usemos el futuro donde aparentemente no pinta nada. Sigue leyendo
Yo escribo absolutamente
Hace unos días se puso en contacto conmigo una amiga para ver si le podía echar una mano con una discusión lingüística que mantenía con su jefe. Ella sabía que tenía razón, pero no encontraba un argumento convincente, así que me envió unos cuantos mensajes para exponerme la cuestión. Resulta que el jefe, al que llamaremos Juan, le dijo lo siguiente a mi amiga, a la que llamaremos María: «He llamado a Lucía, debe de estar reunida. La escribo». María advirtió a Juan del laísmo en el que había incurrido en esa oración y este le contestó que ahí no había laísmo, puesto que, según él, «no hay otro complemento directo». ¿Tenía razón Juan? Para nada. Ahí sí hay un complemento directo –que no es Lucía–, pero está escondido. Absolutamente escondido. Sigue leyendo
Un bacilón es un bacilo muy grande
Hace un tiempo se armó un revuelo descomunal en las redes sociales a cuenta de una falta de ortografía en un cartel en el que se leía «PRECAUCION LLUBIAS». Tal alarma la ocasionó, por supuesto, esa letra be, que no pinta nada ahí. Sin embargo, resulta curioso que la multitud pidiera la cabeza del redactor por ese error ortográfico y no, por ejemplo, por haberse olvidado de una tilde en la primera palabra o por haber prescindido de un signo de dos puntos que parece necesario entre ambos vocablos. Sí, nos encanta la burla cuando vemos una hache de más o de menos, cuando una ce le usurpa su sitio a una ese o cuando alguien convierte una uve en be. Lamentablemente, al hacerlo olvidamos que esas son precisamente las faltas de ortografía con las que deberíamos ser más indulgentes. Sigue leyendo
Las incógnitas de la equis
No recuerdo si lo he dicho con anterioridad, pero, por si no lo sabían, la ortografía de la lengua española es una de las que más se acercan a ese ideal según el cual a cada letra le debe corresponder un sonido y a cada sonido una letra. Ese ideal –imposible de alcanzar plenamente– ya lo expresó el gramático español Gonzalo Correas (o Korreas, según su propia manera de escribir) cuando, hace casi cuatrocientos años, puso sobre un papel lo siguiente: «… se á de eskrivir, komo se pronunzia, i pronunziar, komo se eskrive…». Esta idea la encontramos en una obrita rarísima que se titula Ortografia kastellana, nueva i perfeta, publicada por este autor en 1630. Sigue leyendo
Canarias existe, se lo digo yo (a ustedes)
El otro día mantenía yo una conversación en un grupo de WhatsApp y alguien hablaba de que tenía un álbum de fotos y se lo iba a mostrar al resto de los miembros de esa asamblea telefónica. Lo dijo de la siguiente manera: «Si quieren, se los enseño esta tarde». En esa misma conversación me comprometí a abordar en este blog un error de concordancia que hay en esa oración, que no es otro que haber escrito el pronombre los en lugar de lo, que habría sido el correcto, puesto que lo que esa persona nos iba a enseñar era un solo álbum, no varios. Sigue leyendo
Diez adjetivos para un embarazo
Qué difícil es ponerle nombre a una criatura que está por llegar, ¿verdad? Futuros padres y madres se pasan meses buscando el sonido ideal con el que ese bebé los mirará al escucharlo de boca de quienes le dieron la vida. Del mismo modo, tenemos una gran variedad de palabras entre las que elegir para hablar de la mujer que está embarazada, comenzando por la propia voz embarazada y siguiendo por adjetivos o locuciones adjetivas como estar en estado interesante. Hoy analizaremos algunas de esas expresiones, y muy especialmente el adjetivo encinta, que se escribe así, tal y como ustedes lo acaban de leer, y no en cinta, como hacen algunos. Sigue leyendo
Los del ‘Marca’ saben barajar
Se acerca el derbi futbolero entre la Unión Deportiva Las Palmas y el Club Deportivo Tenerife y el periodista Manoj Daswani lleva varias semanas calentando motores en el programa Radio Club deportivo, de la cadena SER. Hace ya casi un mes entrevistó Manoj a un mandamás del equipo grancanario, que dijo, entre otras cosas, que se estaba barajando la posibilidad de que el partido sea transmitido por la Televisión Canaria. Como todos sabemos, barajar es mezclar las cartas de la baraja, aunque también es correcto usar este verbo de forma figurada, y al hacerlo no barajamos naipes, sino posibilidades, hipótesis, alternativas, opciones… Lo que nunca podemos hacer es barajar una sola posibilidad, como hizo este dirigente, de la misma manera que no podemos barajar un solo naipe, puesto que no lo estaríamos mezclando con otros. Sigue leyendo
La ligereza de la lideresa choferesa
A Esperanza Aguirre, presidenta del Partido Popular en Madrid, le fascina que hablen de ella. Se gusta. Se gusta tanto que le encanta eso de que en la prensa la llamen «la lideresa». Suena como a título nobiliario, ¿verdad? Como a condesa o algo así. Lo cierto es que ella ya es condesa consorte, pero tal vez su conocida ambición la lleva a desear más honores. Lo que no sé es si en estos días está muy contenta con eso de ser noticia de primera página a cuenta de un incidente que tuvo en Madrid con unos policías, porque a Esperanza le gusta que hablen de ella, pero que hablen bien: para eso es la líder del Partido Popular en la capital de España. La lideresa, ni más ni menos. Sigue leyendo
Retiro lo escrito: me gusta la palabra ‘resiliente’
En estos tiempos de prisas, redes sociales e irreflexión uno puede caer con demasiada facilidad en la trampa de decir en el sitio menos indicado cosas que no debería haber dicho. Somos muy conscientes en este blog de ese riesgo, que tratamos de evitar a toda costa y tomando como primer mandamiento el ser rigurosos en el desempeño de nuestro humilde oficio de lavadores de textos. Desgraciadamente, no siempre estamos a resguardo de ese peligro, y yo mismo cometí ayer el error de lanzar a las redes sociales una injustificada condena de la palabra resiliente. Pasadas unas horas llegué a la conclusión de que mi filípica no venía a cuento, así que hoy me retracto y afirmo que me equivoqué y que el término en cuestión –tan nuevo que ni siquiera está todavía en el diccionario académico–1 encaja perfectamente en la lengua española. Sigue leyendo
