¿Es lo mismo oír que escuchar? Si atendemos a las definiciones que da el diccionario, no. Pero las definiciones son una cosa y las voces de la calle son otra. El uso correcto de los verbos oír y escuchar, que muchos –yo incluido– empleamos a veces como sinónimos cuando en realidad no lo son, no es materia nueva para los guardianes de la lengua. En este asunto unos defienden nuestro amado idioma con una intransigencia que es del todo respetable y otros optan por la tolerancia y por detenerse a escuchar esas voces de la calle, que –como el cliente– casi siempre terminan por tener la razón. Sigue leyendo
Archivo de la categoría: Errores frecuentes
El recopetín de la confusión: ‘inflingir’
Algunas parejas de palabras son tan parecidas entre sí que a veces las confundimos y usamos una donde tendríamos que haber empleado la otra. Es el caso de los verbos infringir e infligir, que ante nuestros ojos son casi gemelos, pero tienen significados diferentes. El despiste a cuenta de ese parecido incluso lleva a algún incauto a inventar verbos imposibles: ayer vi en el cine la segunda parte de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte y me dolieron los oídos cuando escuché al mago Dumbledore (en realidad escuché al actor que dobla a Michael Gambon) pronunciar la palabra inflingir. Ahí la confusión fue extrema. Como dirían los cómicos de Muchachada nui, eso fue el recopetín. Sigue leyendo
Bin Laden y la letra hache: dos puñeteros
Barack Obama, presidente de Estados Unidos y premio Nobel de la Paz, anunció el domingo a bombo y platillo que su Ejército había matado a Bin Laden. La noticia corrió como un reguero de pólvora por todo el planeta, y los medios de comunicación no desaprovecharon la oportunidad de sacarle jugo al asunto. Una de las cuestiones más delicadas –y que puede traer cola– es la forma en que Estados Unidos se ha quitado de encima el cadáver del difunto, ya que al parecer fue lanzado al mar, algo que va contra el rito del islam. Al respecto, ayer leí en Internet la siguiente oración: «La manera por la que se han desecho del cuerpo de Bin Laden va a generar problemas». Ahí se les olvidó una h, que es muda pero no invisible. Sigue leyendo
Relaciones en las redes
Hasta hace apenas un año yo despotricaba olímpicamente –o sea, de forma ‘altanera y soberbia’, según la Real Academia Española– de Facebook. Sin embargo, acabé por picar en el anzuelo de Mark Zuckerberg, entre otras cosas porque me viene muy bien para difundir mi Lavadora de textos. Tengo claro que mis obsesiones de corrector les resultan indiferentes –e incluso inútiles– a muchos de mis amigos de Facebook, pero también sé que otros toman buena nota tanto de lo que se dice en este blog como de los compulsivos comentarios que les hago, a través del canal feisbuquero de mensajes privados, sobre algunos de sus despistes ortográficos o gramaticales. Sigue leyendo
Genio y concordancia
Hace unos días escribí en este blog la siguiente frase: «No soy quién para restarles importancia a debates como ese». Y la muy puñetera me estuvo atormentando durante un par de días. Ese restarles –en plural– concuerda perfectamente con debates y sin embargo me sonaba raro… Lo consulté con un amigo que conoce los secretos del español mucho mejor que yo, y su respuesta fue tajante: «Sin la menor duda, va en singular». Como no me convenció, seguí indagando hasta que encontré una prueba que le dio la razón a mi plural. No obstante, mi amigo tiene una excusa para su equivocación: se había dejado seducir por el genio de la lengua. Sigue leyendo
La problemática del tema
Belén Molina es una curtida periodista que no solo toca materias delicadas e interesantísimas –inmigración, conflictos sociales, tribunales…–, sino que usa de forma exquisita su herramienta más importante: la lengua española. Belén me sugirió hace unos días que hablara en este blog de dos palabras que son zarandeadas a diario por algunos periodistas y también –faltaría más– por muchos políticos. Las víctimas son problemática y tema. Sigue leyendo
Un error de arriba abajo
Entre los errores más frecuentes con los que se puede topar uno durante cualquier lectura hay uno que me llama la atención: la expresión de arriba a abajo, con esa a tan chirriante en medio («Si fuera por la exministra de Sanidad del PP Ana Pastor, el sistema nacional de salud cambiaría de arriba a abajo». Edición digital de El Diario Montañés, 28 de enero de 2011). Lo mismo ocurre con la idea contraria: de abajo a arriba. Sigue leyendo

