¿Feliz 2.013?

No he escrito este título entre signos de interrogación porque crea que el año que empieza mañana vaya a ser portador de infelicidad –aunque estoy seguro de que será bastante duro para muchísimas personas–, sino porque quiero recordarles que es incorrecto emplear un punto para separar los millares en los números. Y no solo cuando se usan para referirse a un año, sino siempre. Ya he comentado esto aquí en otra ocasión, pero no está de más volverlo a decir hoy. Además, aprovecharé para hablar sobre la escritura de las fechas, con días y meses incluidos. Eso también ha sido tratado en este blog, pero es que no quería despedirme de 2012 sin publicar un último artículo, así que se fastidian.

Empecemos: la inmensa mayoría de los hispanohablantes (y de los hispanoescribientes) ponen un punto para separar los millares cuando trasladan al papel números de cuatro cifras o más. Por ejemplo: ‘Me debes 2.013 euros’. De esa inmensa mayoría, otra gran mayoría elimina el punto cuando ese número designa un año: ‘Te deseo un feliz 2013’. Hacen bien en quitar ese puntito al escribir los años, pero lo cierto es que deberían prescindir de él siempre. Lo correcto es ‘Me debes 2013 euros’.

Como ya dije en su día, esto no es una imposición de la Real Academia Española, sino que tiene que ver con las normas UNE (siglas de «Una Norma Española», un conjunto de preceptos sobre asuntos tecnológicos y de otra índole) y con lo establecido por la Conferencia General de Pesas y Medidas. Lo que sí se emplea es el llamado espacio fino –nunca el punto– cuando un número es muy largo y, por lo tanto, difícil de meter en nuestra mollera. Los espacios finos separan estos enormes números en grupos de tres cifras. ¿Por qué se hace esto? Porque a mi cerebro le resulta más rápido descifrar la información que envían mis ojos cuando veo 3 755 997 que cuando veo 3755997, aunque ambas combinaciones numéricas sean en realidad la misma.

Sin embargo, los números de solo cuatro cifras «no ofrecen dificultades para su lectura», afirma el experto José Martínez de Sousa en su obra Ortografía y ortotipografía del español actual (Ediciones Trea), por lo que en estos casos no resulta necesario poner un espacio. Tampoco se emplea, según la RAE, cuando el número designa un año, independientemente de las cifras que tenga: ‘En el año 20000 no quedará ni rastro de la humanidad’, pero sí se hace cuando expresa una cantidad de años: ‘Dentro de 20 000 años no quedará ni rastro de la humanidad’. Si quieren más detalles sobre la correcta escritura de los números, pueden leer el artículo «Miles de puntos desperdiciados», publicado en este blog hace unos meses.

En cuanto a las fechas, algunas personas no se aclaran y dudan si deben escribirlas con letras o con números. En realidad se puede hacer de las dos maneras, aunque los guardianes de la lengua tienen algunos consejos. Sousa dice, en su Manual de estilo de la lengua española (Ediciones Trea), que «las fechas se escriben generalmente con cifras arábigas», pero no indica que se trate de una norma. Por su parte, el Diccionario panhispánico de dudas, de la RAE, señala que «las fechas pueden escribirse enteramente con letras, con una combinación de letras y números o solo con números», pero añade que «no es habitual» escribirlas enteramente con letras.

«El sistema más común combina letras y números; el día y el año se escriben con números arábigos, y el mes, con letras y siempre con inicial minúscula», concluye el Panhispánico. Por lo tanto, lo más recomendable es que al escribir la fecha de mañana –si es que alguien va a escribirla, cosa que dudo, dado el carácter festivo y resacoso del día de Año Nuevo– lo hagamos así: ‘1 de enero de 2013’, y no de esta otra forma: ‘Uno de enero de dos mil trece’.

Volviendo a la cuestión de la eliminación de los puntos que separan millares, no se preocupen ustedes si desconocían esa norma o si no desean cumplirla: casi nadie lo hace, y otras preocupaciones –sobre asuntos muchísimo más temibles, aunque también tienen que ver con números– nos esperan, al menos a los europeos, en el año que está a punto de empezar. En todo caso, feliz 2013 sin punto.

Ramón Alemán