Soneto lingüístico número 12
La coma es ese simple garabato
que da cien mil problemas por bohemio;
la llaman «doña Anárquica» en mi gremio
y es ácrata y rebelde como un gato.
La coma es libre, sí, pero suscribe
mil leyes que someten su osadía;
de hecho, su supuesta rebeldía
no es cosa suya, sino del que escribe.
No siempre que haces pausa va una coma,
y otras veces forzosa es su escritura,
aunque en ella el lector aire no toma.
Si quieres emplearla con finura,
respeta la sintaxis de tu idioma
y aprende a conocerla en su hermosura.
A mi hermano Eduardo García Rojas
Ramón Alemán
