Soneto lingüístico número 61
El prefijo es un fiel acompañante
que engorda y modifica una palabra:
lo añades a una voz y, ¡abracadabra!,
le cambia la sustancia en un instante. Sigue leyendo
El prefijo es un fiel acompañante
que engorda y modifica una palabra:
lo añades a una voz y, ¡abracadabra!,
le cambia la sustancia en un instante. Sigue leyendo
Solemos los mortales lamentarnos
de toda circunstancia cotidiana:
si el sol pegó ya fuerte de mañana,
buscamos buena sombra, y a quejarnos. Sigue leyendo
Cabalga un punto en rocinante1 coma
y ese par es un todo, siempre junto:
coma no es, pero tampoco punto;
es casi un punto, más que simple coma. Sigue leyendo
El más excelso y rígido escribiente
comete a veces ínfimos deslices
–en fin, también enormes, ¡qué narices!–;
si alguno lo negara es porque miente. Sigue leyendo