Soneto lingüístico número 61
El prefijo es un fiel acompañante
que engorda y modifica una palabra:
lo añades a una voz y, ¡abracadabra!,
le cambia la sustancia en un instante. Sigue leyendo
El prefijo es un fiel acompañante
que engorda y modifica una palabra:
lo añades a una voz y, ¡abracadabra!,
le cambia la sustancia en un instante. Sigue leyendo
De igual modo que un perro no es un pero
y que barres y bares no es lo mismo,
es lógico que escriba antirracismo
si pretendo que suene como espero. Sigue leyendo