Una conocida mía lleva varios días discutiendo con su hermano a cuenta de algo que ella le dijo hace poco. El motivo de la contienda es esta frase: «¿Qué más dará?». Su hermano piensa que ella tendría que haber dicho ‘¿Qué más da?’, pues ambos hablaban sobre un hecho presente –presente en aquel momento, claro está–, por lo que, según él, el futuro que la muchacha había usado no tenía sentido alguno. Ella me pidió mi opinión, pero lo que yo le di no fue mi punto de vista, sino el de los gramáticos. Y resulta que a los gramáticos les parece muy bien que a veces usemos el futuro donde aparentemente no pinta nada. Sigue leyendo
