Soneto lingüístico número 63
Si me equivoco, que alguien me corrija:
en cinco siglos de tu calendario1
no habrás visto lingüista visionario
tan grande como Antonio de Nebrija. Sigue leyendo
Si me equivoco, que alguien me corrija:
en cinco siglos de tu calendario1
no habrás visto lingüista visionario
tan grande como Antonio de Nebrija. Sigue leyendo
halláronse Quequé, David e Ignacio
y allí no se encontró tiempo ni espacio
que diera carpetazo al disparate. Sigue leyendo
El prefijo es un fiel acompañante
que engorda y modifica una palabra:
lo añades a una voz y, ¡abracadabra!,
le cambia la sustancia en un instante. Sigue leyendo
De igual modo que un perro no es un pero
y que barres y bares no es lo mismo,
es lógico que escriba antirracismo
si pretendo que suene como espero. Sigue leyendo
Gracias a Dios, y nunca mejor dicho,
existen traductores en el mundo,
pues fue ese Dios, celoso y tremebundo,
quien dio a Babel mil lenguas por capricho. Sigue leyendo
Supongan que a Cervantes, comenzando
su Quijote, le diera por soltarme:
«… que de su nombre no quiero acordarme…».
Mas puso cuyo, no era escritor blando. Sigue leyendo
El sentido común manda, tajante,
al que cose palabras a destajo
cumplir a rajatabla y sin relajo
la ley con el vocablo resultante. Sigue leyendo
tropieza sin quererlo día a día
con un error común de ortografía
que muchos creen insignificante. Sigue leyendo
Siendo niño, en campiña de Segovia,
esta imberbe futura maravilla
prendose de la lengua de Castilla
y es ella su primera y larga novia. Sigue leyendo
aceras, plazas, tiendas y el mercado
para decirnos «todo esto ha acabado;
instáurense color y algarabías». Sigue leyendo