Soneto lingüístico número 68
Interminables páginas cerradas 
durante décadas en mi repisa
se abrieron un buen día a toda prisa
por trocar mi tristeza en carcajadas. Sigue leyendo
Interminables páginas cerradas 
durante décadas en mi repisa
se abrieron un buen día a toda prisa
por trocar mi tristeza en carcajadas. Sigue leyendo
A ese joven moderno e irredento
que quiere transgredir la ortografía
y con ka escribe kasa en rebeldía,
sin acritud, le cuento yo este cuento. Sigue leyendo
«Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar…».
Curiosa y rara forma de ordenar
palabras tan hermosas y tan finas. Sigue leyendo
Un soneto me manda hacer Violante1
cargado de metáforas2 secretas
que oculten lo veraz bajo discretas
audacias de una rima consonante. Sigue leyendo
«Mil veces esperé por tu llamada
y nunca me haces caso, amiga mía»;
así se lamentaba cierto día
doña Angustias, señora apasionada. Sigue leyendo
Si me equivoco, que alguien me corrija:
en cinco siglos de tu calendario1
no habrás visto lingüista visionario
tan grande como Antonio de Nebrija. Sigue leyendo
halláronse Quequé, David e Ignacio
y allí no se encontró tiempo ni espacio
que diera carpetazo al disparate. Sigue leyendo
El prefijo es un fiel acompañante
que engorda y modifica una palabra:
lo añades a una voz y, ¡abracadabra!,
le cambia la sustancia en un instante. Sigue leyendo
De igual modo que un perro no es un pero
y que barres y bares no es lo mismo,
es lógico que escriba antirracismo
si pretendo que suene como espero. Sigue leyendo
Gracias a Dios, y nunca mejor dicho,
existen traductores en el mundo,
pues fue ese Dios, celoso y tremebundo,
quien dio a Babel mil lenguas por capricho. Sigue leyendo