Soneto lingüístico número 57
El sentido común manda, tajante,
al que cose palabras a destajo
cumplir a rajatabla y sin relajo
la ley con el vocablo resultante.
Si ene a pe se arrima por la izquierda,
en letra eme habrase trasmutado;
por lo tanto, a Juan Pedro, un niño amado,
lo llamo Juampe y todo así concuerda.
Lo mismo habrás de hacer con nuestra tilde:
si tratas con cariño a Juan Fernando
y Juánfer lo llamaras, ponle acento.
Si tú eres escritor recto y humilde,
a las reglas que aquí estoy explicando
nunca más dejarás de estar atento.
Ramón Alemán