Soneto lingüístico número 1
Si quieres que tu texto no despiste
y evitar de zopenco ser tachado,
un consejo te doy, y es regalado,
sobre un signo que a ti se te resiste.
Si escribes «sí señor», tengo motivo
–como si es «hola Quique» o «come niño»–
para intuir tu falta de cariño
a la coma que ronda al vocativo.
«No hay pausa –desde el fondo algunos braman–
que al hablar esa coma justifique».
Errado el argumento, aunque se afanan.
El niño y el señor y el propio Quique
son eso, vocativos, y reclaman
la coma obligatoria que lo indique.
Ramón Alemán
