Barack Obama, presidente de Estados Unidos y premio Nobel de la Paz, anunció el domingo a bombo y platillo que su Ejército había matado a Bin Laden. La noticia corrió como un reguero de pólvora por todo el planeta, y los medios de comunicación no desaprovecharon la oportunidad de sacarle jugo al asunto. Una de las cuestiones más delicadas –y que puede traer cola– es la forma en que Estados Unidos se ha quitado de encima el cadáver del difunto, ya que al parecer fue lanzado al mar, algo que va contra el rito del islam. Al respecto, ayer leí en Internet la siguiente oración: «La manera por la que se han desecho del cuerpo de Bin Laden va a generar problemas». Ahí se les olvidó una h, que es muda pero no invisible.
Confundir deshecho y desecho es un error muy frecuente en la escritura. La culpa la tiene la puñetera letra hache, que en español no representa ningún fonema y que, precisamente por eso, da la lata por la cantidad de palabras homónimas homófonas a que da lugar. Palabras homónimas homófonas son «aquellas que se pronuncian del mismo modo pero se escriben de forma diferente», según nos recuerda Leonardo Gómez Torrego en su Gramática didáctica del español (Ediciones SM). La Real Academia Española las llama simplemente homófonas y las define como aquellas que suenan de igual modo pero difieren en el significado.
Una aclaración: al llamar puñetero a Bin Laden no estoy entrando a opinar si es o no el malo de la película (creo que en esta película hay más de un malo). Puñetero es, según la definición de la RAE, ‘molesto, fastidioso, cargante’. Y si molesta es –por los problemas que da– la letra hache, también lo ha sido para el Gobierno de Estados Unidos el barbudo saudí, que de la noche a la mañana pasó de amigo fiel a enemigo número uno.
Sigamos. Una de las parejas más famosas de vocablos homónimos homófonos es precisamente la formada por deshecho y desecho. El primero es el participio irregular del verbo deshacer (‘Me he deshecho de mi maleta vieja’), y el otro es la primera persona del singular del presente de indicativo del verbo desechar (‘No desecho esa opción’) y también un sustantivo (‘La calle quedó llena de desechos después de la fiesta’). Por tanto, en la noticia sobre Bin Laden se tenía que haber escrito esto: ‘La manera por la que se han deshecho [participio del verbo deshacer] del cuerpo de Bin Laden va a generar problemas’.
Pero los errores con las palabras homónimas homófonas que produce la letra h no acaban ahí. Gómez Torrego incluye en su libro una larga lista de parejas que suelen causar dudas: hecho/echo, hojear/ojear, haya/aya, rehusar/reusar, herrar/errar, habría/abría, honda/onda, hizo/izo, hasta/asta, hora/ora, ¡hala!/ala, hola/ola… Hay incluso un trío: ha/a/ah.
Qué cosa tan extraña: la letra hache es muda, pero su ausencia (o su presencia) puede ser en ocasiones escandalosa. Al menos, ortográficamente.
Ramón Alemán
